Han pasado exactamente cinco años desde que el genial Deus Ex: Human Revolution llegase a nuestras consolas. Un título que suponía una precuela/reinicio para una franquicia ya consolidada, pero la cual, tras ‘Deus Ex’ y ‘Deus Ex: Invisible War’, llevaba un tiempo desaparecida del mapa. Gracias a Human Revolution la saga Deus Ex volvió por la puerta grande, convirtiéndose posiblemente en uno de los mejores juegos de la generación pasada.
Deus Ex: Human Revolution marcó un antes y un después en el mundo de los videojuegos. Su planteamiento de «una misión, múltiples maneras de abordarla» creó escuela y pronto otros videojuegos siguieron ese camino. Tanto nuevas franquicias como Dishonored, o algunas ya veteranas como Hitman, adoptaron el modelo. Por mencionar algunos. La posibilidad de elegir si actuar sigilosamente o ir a saco, es una de las señas de identidad del título. Pero Deus Ex: Human Revolution contaba con algo más que una jugabilidad innovadora. Un guión digno del mejor best-seller. Una ambientación cyberpunk cuidada hasta el mínimo detalle. Un apartado gráfico y técnico soberbio. Una banda sonora que todavía hoy, cinco años después, es capaz de encandilarnos. Además de uno de los protagonistas más icónicos de la historia de los videojuegos: Adam Jensen.
Seis pilares sólidos sobre los que se sustenta Deus Ex: Human Revolution. Seis pilares sobre los cuales esperamos que se sustente su secuela, Deus Ex: Mankind Divided, que sale a la venta hoy, justo cinco años después. Aquí, en nuestro retroanálisis de Deus Ex: Human Revolution vamos a profundizar en los detalles que hicieron grande a este icono de los videojuegos.
El vuelo de Ícaro
Como ya hemos dicho, Deus Ex: Human Revolution supuso una precuela a las dos anteriores entregas de la saga. Y también un reinicio. Human Revolution sucede 25 años antes de los acontecimientos del primer juego de la saga. Si bien tiene elementos en común con la saga original en lo que se refiere a la trama, otros no encajan tanto.
Pero si nos olvidamos del pasado (o futuro), nos encontramos con una trama brillante y fascinante. Desde el principio el misterio y el olor a conspiración global nos envuelven por completo. ¿Quién atacó la sede de Sarif Industries, y por qué? ¿Cuál era el descubrimiento de Megan? Los poderes que controlan el mundo, de tentáculos largos y escurridizos, acechan en las sombras y percibimos su huella a cada paso que damos.
Además, al contrario de lo que ocurre en muchas ocasiones, la ambientación no es un mero escenario. Como viene siendo habitual en la saga Deus Ex, el ambiente cyberpunk es parte intrínseca de la trama. O más bien el tema de los aumentos. En Deus Ex: Human Revolution nos encontramos con un mundo en el que la industria de las prótesis cibernéticas está en auge. La gente ha pasado de usar prótesis por necesidad a hacerlo por capricho. La humanidad ha comenzado a tomar las riendas del futuro de su propia evolución. Pero hay fuerzas que se oponen a ello y harán todo lo posible para detener este avance.
Game revolution
Prácticamente cada apartado de Deus Ex: Human Revolution es una gran baza a favor. Pero junto a la trama, la jugabilidad es donde éste título supo conquistar al gran público. Las opciones que ofrece Human Revolution para avanzar en las misiones son cuantiosas. A grandes rasgos podemos abordar cada encuentro de manera sigilosa o a lo bestia. Pero incluso dentro de cada enfoque, tenemos diferentes maneras de hacerlo. Sobre todo si abogamos por el sigilo, la más gratificante de las opciones.
Entrar en una estancia pegando tiros es una posibilidad, pero hacerlo todo sin noquear a nadie y sin que lleguen a saber siquiera que hemos estado allí, también. Matar a todos a tiros no tiene mucho misterio. Pero el sigilo… es otra historia. El juego nos ofrece la oportunidad de ir eliminando sigilosamente a los enemigos que patrullan una zona y así abrirnos camino a través de la vía más directa. Sin embargo hay otra opción, que es buscar sendas menos evidentes. A través de conductos de ventilación, pirateando puertas, abriendo boquetes en la pared… Toda una gran variedad de opciones que hacen de Deus Ex: Human Revolution un título muy rejugable.
Mientras que las posibilidades de Human Revolution siguen siendo sorprendentes cinco años después, los controles no se puede decir que hayan envejecido bien. Para empezar el movimiento de Adam se hace bastante lento cuando caminamos. Es cierto que esto obedece a cuestiones de jugabilidad ya que podemos mejorar nuestra velocidad para ser más escurridizo, pero cuando simplemente estamos yendo de un lugar a otro por las calles de Detroit o Hengsha, esto se hace muy pesado. Esto se suma también a un mapeado de los controles un tanto extraño. Por suerte, gracias a las opciones de Xbox One, podemos reconfigurar el mando para obtener unos controles más intuitivos. Simplemente con rotar la función de tres de los botones se consigue una mejora sustancial.
El año es: 2027
En un mundo en el que tu personaje lleva brazos biónicos, cuesta mucho saber si que lance un contenedor a 20 metros de distancia es producto de su fuerza aumentada o de unas físicas un tanto pobres. Aunque abogamos por lo primero. En general Deus Ex: Human Revolution no hace gala de unas físicas extremadamente complejas. Pero tampoco le hace falta. Donde destaca es en iluminación y en todo lo visual en general. O destacaba.
La verdad es que gráficamente el juego tampoco ha envejecido muy bien. Aquellos gráficos que hace cinco años nos parecían más que correctos no han sabido mantener el tipo. Es cierto que es algo que tampoco molesta mucho y que pronto se olvida. Mientras que las texturas se salvan en su mayoría, los modelados, sobre todo de los personajes, hacen que uno se pregunte como aquello pudo sorprendernos en 2011.
Por otra parte la ambientación cyberpunk siguen encandilando a los amantes del género. Aunque tiene múltiples escenarios, cada uno con su propio estilo, Hengsha es la reina del juego. Ir de un lado a otro por sus estrechas calles repletas de carteles de neón es pura esencia cyberpunk. El escenario perfecto para una historia de hombres cibernéticos. De igual manera, da gusto ver como los chicos de Eidos supieron fusionar el estilo casi decrépito de Detroit con elementos futuristas.
Voces en la sombra
La guinda del pastel la pone una banda sonora redonda. Llena de sonidos oscuros y futuristas, así como de varias pistas emblemáticas, la banda sonora de Deus Ex: Human Revolution ya forma parte del hall de la fama de las bandas sonoras de videojuegos. Buena parte de la gran experiencia que supone jugar a Human Revolution se consigue a través de una banda sonora memorable, que sigue sorprendiendo cinco años después.
Además, en castellano, el juego nos vino con un doblaje de lujo que le daba al juego cierto toque cinematográfico. Es cierto que alguna de las actuaciones, principalmente en los personajes secundarios de Hengsha, suena forzada y parece una parodia. Pero son casos aislados que no deben enturbiar el gran trabajo realizado por quienes dieron voz a personajes tan carismáticos como Adam Jensen o Hugh Darrow.
Tan impresdicindible como la neuropocina
En líneas generales, aunque tiene un par de detalles a cuales los años no les han sentado demasiado bien, Deus Ex: Human Revolution es un título imprescindible. Aún hoy en día. Su trama sigue enganchando de principio a fin, incluso a aquellos que nos la conocemos al dedillo. Su jugabilidad sigue sorprendiendo, sobre todo gracias a las múltiples vías que tenemos para afrontar las situaciones. Puede que en su día siguiésemos un camino, y que hoy encontremos otros, haciéndolo todo una experiencia nueva. La jugabilidad con sus diversas opciones y un guion que se ramifica, hacen que completar Human Revolution varias veces no sea nada aburrido. Y todo ello aderezado con un diseño y una banda sonora impecables.