Se han dado a conocer los candidatos de los The Game Awards y ha saltado la sorpresa. Starfield no logra llegar a ser candidato al GOTY en los The Game Awards, y esto ha causado cierto revuelo en ciertos sectores de la comunidad. Una comunidad que no ha respondido bien, pero que tampoco ha considerado todo lo que realmente ha sucedido desde que Starfield vio la luz. Vamos a analizar todas estas circunstancias para conocer mejor la situación.
Debemos tener en cuenta que la elección de estos galardones, más en el ámbito de un premio como el Juego del Año, debe ser algo que rezume calidad por todos lados. En cierto modo, hemos visto como han sido los juegos narrativos los que han cautivado, conquistado y enamorado en los últimos años. Llegó Starfield, tras una gran sequía de juegos narrativos de peso en Xbox y Starfield no logra llegar a ser candidato al GOTY en los The Game Awards. ¿Por qué?
Starfield no logra llegar a ser candidato al GOTY en los The Game Awards, analizamos las razones
De primeras han habido muchas polémicas relacionadas con Starfield. No es tanto jactarse de que una vez Bethesda es parte de Microsoft, la decisión de hacerlo exclusivo le haya lastrado. Lo cierto es que todo lo que se sabe de su éxito está más relacionado con la accesibilidad que otorga un servicio de suscripción como Game Pass. No obstante, lejos de haber fallado en la pretensión de ser citado por la cantidad de jugadores que lo han jugado, parece que sus cifras de ventas no han pasado de esa primera remesa producto de la expectación y las reservas.
Pero lo más crítico de todos es pensar que un éxito comercial va a determinar la calidad de un juego. La guerra de consolas es un problema que se agrava con la falta de objetividad, y da igual de qué bando hablemos. Tanto por evadir los problemas, como por intentar exagerarlos, como buen juego de Bethesda, complejo y abierto, los conflictos surgen. Generalmente no son problemáticos en su mayoría, por que no afectan realmente a la jugabilidad. Sin lugar a dudas, bug y Bethesda casi son sinónimos pero siempre se han tomado con humor. ¿Por qué ahora no? Por que hubo parte que incentivó la creencia de que no había y cuando se encuentran, molestan. Son tiempos diferentes para mentalidades más simples.
Pero los indicios de la falta de éxito radica en un punto vital. Starfield ha flaqueado en una comunidad base que podría haber asentado su éxito, la comunidad de PC. Hacer llegar ese parche a última hora no va a quitar el regusto amargo que ha dejado tantos meses sin poder ser disfrutado por una comunidad que siempre ha sido fiel a los productos de Bethesda. Y se puede ver en cómo la comunidad de PC no ha respaldado el juego que tantas horas puede dar, permaneciendo en el propio juego pasado el lanzamiento. Tras una primera semana de grandes números, se desinfló de golpe y puede que ahora pueda resurgir por la beta del DLSS.
El principal factor, sin lugar a duda, la optimización. Starfield es un juego que ha impuesto su criterio en consolas, dando una versión de 30fps que no se nota del todo fluida y sin opción de cambiar. Pero lo de PC, ya es otro cantar. La comunidad de PC no tolera nunca que se sea desleal con la optimización y Starfield lo ha sido. No solo es que el juego iba mal, pero que muy mal. Si no que la decisión por estar asociado a AMD, fabricante cercano a Microsoft y a la construcción de la consola, ha dejado el juego expuesto a la ira de usuarios con GPUs de Nvidia muy potentes que han hecho un esfuerzo notable por actualizar los hardwares. Si a eso añadimos la salida de tono de Todd Howard, es inevitable la respuesta dada por la comunidad de PC. Una nota ajustada impropia de lo que venía teniendo notas muy elevadas por medios de prensa.
Podéis pensar que estoy siendo muy duro con el juego. Pero me estoy limitando a exponer lo que se ha visto puertas afuera de redes sociales narcotizadas por la toxicidad de unos cuantos. No nos confundamos, Starfield es un juego enorme, cautivador y espectacular. Cualquiera podía ver que podía ser claro candidato a ganar el GOTY, pero este año la competencia ha sido implacable. De hecho, por tantas circunstancias, promesas y vídeos previos al juego final, la espectacular propuesta de Bethesda ha parecido más un producto de AliExpress. Lo se, puede sonar hiriente, pero no intento que lo sea. Es un gran ejemplo si tomamos en cuenta que por decisiones más absurdas Cyberpunk 2077 fue lastrado igualmente y hemos dejado claro que si algo ha flojeado y mucho, es la optimización del juego. Ahora bien, en comparación con lo que ha salido este año, todavía se explica mejor.

Starfield es un juego de Bethesda, una nueva IP. Con eso la expectación está justificada. La manera de abordar las aventuras de este estudio tiene su propia impronta. Y es una impronta que le ha hecho merecedor de muchos galardones. Pero como toda buena introducción a un nuevo universo, siempre se suele pecar de intentar dejar demasiados cabos sueltos y asumir muchas nuevas historias que conforman un lore que no se limita a un continente o un planeta. Es un universo. El propio Mass Effect sufrió mucho en este aspecto en su primer juego y no fue hasta llegado el segundo título que su lore comenzó a ser considerado lo que hoy se considera que es.
Y ahí encontramos un elemento que puede haber jugado en su contra. Le falta ese punto de intensidad que los grandes juegos narrativos tienen. El mejor ejemplo que podemos poner, es el caso de Alan Wake 2, radicalmente opuesto en su dinámica, es un juego intenso y abrumador. La propia naturaleza de Starfield es esa que no permite tener ese punto de intensidad en todo momento, puede llegar a aburrir en determinados puntos en el mismo grado que cautivar en otros. Y puede que ese aspecto, que multiplica de forma exponencial cualquier experiencia que encontramos en The Elder Scrolls o Fallout, hace que la falta de concreción lo diluya.
Los fans de las aventuras espaciales no venían de vacío, no ha innovado nada en este aspecto si lo relacionamos con aventuras mucho más difusas, carentes de narrativa real, como Elite Dangerous o Star Citizen. Pensar que su rival era No Man’s Sky fue el gran error ante la comunidad amante de la ciencia ficción espacial. Es como intentar comparar Forza Motorsport con Need for Speed Unbound por que no se quiere mirar a iRacing. La virtud clara de Starfield respecto a los otros, es que este es una aventura de Bethesda y eso es un aliciente brutal. No obstante, da la sensación de que esos usuarios una vez superada la campaña de Starfield, regresarán a sus otros títulos sin dudarlo demasiado. Como servicio, tiene todavía mucho que demostrar.
Se puede pintar como uno quiera que la ausencia de Starfield radica en la politización de la comunidad. Pero si somos sincero, eso también es politizarla. Y es que este año hemos visto grandes juegos en todas las plataformas y que Starfield no logra llegar a ser candidato al GOTY en los The Game Awards no es lo único que llama la atención. Entre los 6 candidatos se han colado dos de Nintendo y la mayor sorpresa, podría ser, Resident Evil 4 Remake. Se han quedado fuera juegos como Diablo IV, que parecía seguro. Incluso, el mejor juego de Xbox, por número de candidaturas, es un juego redondo, perfecto y sobresaliente, como Hi Fi Rush. Dada la contundencia de esta propuesta, bien podía haber sido el candidato más serio de Xbox para ese galardón.
Podéis participar y elegir vuestros ganadores en los The Game Awards
Hay que dejar claras ciertas cosas. Lo primero, es que un galardón como el GOTY de los The Game Awards no va a determinar nunca cual ha sido para vosotros el juego del año. Y buscar que el resto del mundo pase por el aro que cada uno impone es una quimera. 2023 ha sido un gran año se mire por donde se mire. Y estoy convencido de que con toda la objetividad del mundo, muchos enumeraréis muchos más juegos que 6 en la lista de los mejores juegos de este año. No me gustaría recalar nuevamente en esa expresión que viene siendo muy manida sobre ¿Es el mejor año de los videojuegos? No se puede evaluar así de fácil. Pero lo que es indiscutible, es que ha sido un año extraordinario para aquel que sencillamente, haya querido jugar.