Desde que se produjo el lanzamiento de Xbox Series S, algunos usuarios temían que existieran limitaciones que impidieran disfrutar al máximo de la nueva generación en la consola de gama de entrada de Microsoft. Esto ha sido algo sobre lo que también se han pronunciado algunos estudios, como ha ocurrido recientemente con Remedy Entertainment, que en una reciente entrevista han confirmado que la versión de Xbox Series S de Alan Wake 2 estará limitada por los problemas de memoria de la consola.
Además de hablar sobre las diferencias de potencia de la GPU (4 TFLOPS vs 12 TFLOPS), lo que más destacó el integrante del estudio finlandés fue la «poca memoria» que tiene la Series S es capaz de ofrecer. Sin embargo, al echar un vistazo a los datos, la diferencia de una consola y otra es de «tan solo» 6 GB. Esto nos lleva a preguntarnos, ¿sufre realmente la Xbox Series S problemas de memoria?
¿Los problemas de memoria de Xbox Series S son reales?
Para valorar esto, no solo tenemos que quedarnos con los datos puros y duros de las especificaciones de las consolas. Si bien es cierto que Series S cuenta con 10 GB de memoria GDDR6 y la Series X hace lo propio con 16 GB GDDR6, las diferencias entre ambas máquinas no residen tan solo en la cantidad, sino también en la velocidad. Mientras que la pequeña de la familia cuenta con un bus de memoria de 128 bits, la Xbox Series X ofrece un bus de memoria de hasta 320 bits, lo que supone una gran diferencia en rendimiento respecto a su hermana pequeña.

Además, al contrario de lo que ocurre en un PC Gaming, donde la memoria RAM y la memoria VRAM están separadas, algo que sirve para determinar los requisitos mínimos y recomendados de los videojuegos; en las consolas, al tratarse de una APU cerrada, todo esto va incluido de forma conjunta en un solo chipset. ¿Y qué queremos aclarar con esto? Pues que, a pesar de que la diferencia entre la cantidad de memoria podría no parecer excesiva, lo cierto es que es una cantidad que tiene un impacto importantísimo en el rendimiento de los juegos.
Por tanto, es lógico que los desarrolladores hablen de los problemas que la memoria de la Series S podrían llegar a provocar en el rendimiento de los juegos. No obstante, eso no significa que la consola de Microsoft no sea capaz de ofrecer juegos de nueva generación a una calidad, simplemente necesitan un mayor trabajo de optimización por parte de los estudios. Aunque sí es cierto que esto puede provocar que, dependiendo de la exigencia gráfica, los problemas de memoria de Xbox Series S impidan que el juego se ejecute a más de 30 fps.