Las valoraciones provisionales de la CMA acerca de la compra de Activision Blizzard siguen dando de qué hablar. Sin embargo, como apuntan varios analistas, no todo es tan malo como parece. De entrada, según podemos leer gracias al analista de mercado Florian Mueller, el precio de las acciones de Activision Blizzard, pese a ser más bajo que ayer, es más alto que el que tenía el lunes. Esto significaría que estas valoraciones provisionales no habrían tenido un impacto tan negativo en Wall Street, sino que serían mixtas. Algo que podría traducirse en que la postura del organismo no es tan cerrado como parece.
Por otro lado, pese a lo alarmista del comunicado de prensa, la CMA ha ofrecido una serie de soluciones provisionales para que el acuerdo de Activision Blizzard pueda llevarse a cabo. El más severo sin duda consiste en separar la IP de Call of Duty del resto de Activision Blizzard, vendiéndola a un tercero. Una solución que sería una locura para Activision Blizzard, dado el volumen de ingresos que genera Call of Duty, como una completa absurdez de cara a la postura de la propia CMA: ¿cómo podría negarse a Microsoft su derecho a adquirir Call of Duty, para que potenciar que esta terminara a manos de un tercero como Sony o Tencent, que son mucho más potentes que ella en el mercado? Sería una solución algo difícil de defender en un juicio.

Las acciones de Avtivision Blizzard apenas han tenido caída. ¿Buena señal?
¿Vender Call of Duty es la única opción? Todas las soluciones que propone la CMA al acuerdo de compra de Activision Blizzard:
Pero, más allá de la venta de Call of Duty, la CMA ha dividido sus soluciones en dos grandes bloques. Por un lado nos encontramos las llamadas «soluciones estructurales», entre las que se encontrarían:
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La división parcial de Activision Blizzard, ya sea separando el negocio asociado a Call of Duty, separando Activision de Activision Blizzard, Inc. (lo que incluiría el negocio asociado a Call of Duty) o separar la parte de Activision de la parte de Blizzard (lo que incluiría Call of Duty y World of Warcraft, entre otros títulos).
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Prohibir la compra
En el primer caso, los segmentos separados irían a parar a otro comprador que, para contar con el apoyo de la CMA, tendría que ser:
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Independiente de las partes (Microsoft Corporation y Activision Blizzard, Inc.)
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Tenga la capacidad de ofrecer competencia al mercado.
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Se comprometa a competir en los mercados relevantes, siendo estos el mercado de consolas y de los servicios en la nube en Reino Unido.
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No cree disfuncionalidades en la competencia.
De acuerdo a lo anterior, Sony podría quedar aparentemente excluida, en caso de que los acuerdos de exclusividad que ha estado celebrando con Activision por Call of Duty puedan entenderse como «disfuncionalidades de la competencia» o «incapacidad de ofrecer competencia en el mercado». Además, si se valora su posición respecto a la nube, quedaría bastante por detrás de otro interviniente que también ha mostrado sus preocupaciones por el acuerdo: Google.
Frente a estas decisiones, la CMA también ha propuesto lo que llama «soluciones de comportamiento», que buscarían cambiar ciertas situaciones que pudieran darse una vez celebrado el acuerdo, en función de los incentivos y recursos de las partes intervinientes, para crear un ambiente competitivo similar al que pudiera esperarse si el acuerdo no hubiera tenido lugar. Y esta es quizá la solución que más puede beneficiar a Microsoft y Activision Blizzard, además de a terceros, porque abarcaría, por ejemplo, que Call of Duty y otros juegos sigan estando disponibles en otras plataformas. Lo que es precisamente la solución que lleva tiempo proponiendo Microsoft.
En este segundo caso, sería difícil que los terceros pudieran oponerse. Para empezar, porque es una solución ofrecida por la propia CMA, así que el organismo no podría negarse. Y además porque todo apunta a que es Sony la que no ha querido aceptar este acuerdo; ya sea no cogiendo las llamadas de Activision Blizzard o vetando el acceso de Microsoft a su información. Así que tendría muy complicado rechazar esta postura «competitiva» basándose en argumentos «no competitivos». En todo caso, tendremos que esperar a ver cómo evolucionan las negociaciones.